El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó este viernes una orden ejecutiva que sacude el panorama migratorio y empresarial: a partir del domingo, los nuevos solicitantes de la visa H-1B —destinada a trabajadores extranjeros altamente calificados— deberán pagar una tarifa única de US$100.000.
La medida, presentada desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, se justifica en lo que el mandatario denominó “abuso” del programa, utilizado históricamente por empresas tecnológicas y multinacionales para atraer talento especializado en ingeniería, programación y ciencia aplicada.
¿A quién afecta la nueva tarifa?
La portavoz presidencial, Karoline Leavitt, aclaró que la tarifa no aplicará de forma retroactiva:
- Solo se exigirá a los nuevos beneficiarios en la próxima lotería de visas, programada para febrero de 2026.
- Quienes ya cuentan con una visa H-1B o deseen renovarla no deberán cubrir el nuevo costo.
- Los titulares actuales que se encuentren fuera de EE.UU. podrán reingresar al país sin pagar la tarifa adicional.
Pese a estas precisiones, la polémica se intensificó tras declaraciones del secretario de Comercio, Howard Lutnick, quien insinuó que las empresas tendrían que asumir un pago anual por cada trabajador extranjero, lo que incrementaría exponencialmente el costo del programa. Aunque la Casa Blanca desmintió esa versión, sus palabras avivaron la incertidumbre en los corporativos.
Empresas y talento en alerta
El impacto en el sector tecnológico es inmediato. Amazon, principal beneficiario de visas H-1B en el último año fiscal, recomendó a sus empleados con este estatus migratorio permanecer dentro del país y evitar viajar hasta nuevo aviso. Microsoft y otras firmas emitieron directrices similares.
En 2024, gigantes como Amazon, Tata Consultancy Services, Microsoft, Meta, Apple y Google concentraron la mayoría de las asignaciones, con India como principal país beneficiario (71%), seguido de China (11,7%).
La cifra contrasta con el costo previo del programa: apenas US$1.500 en gastos administrativos, lo que subraya el salto histórico en las condiciones de acceso.
Voces críticas y defensores
Especialistas en inmigración advierten sobre consecuencias graves:
- Tahmina Watson, abogada de Watson Immigration Law, calificó la tarifa como “un golpe devastador” para startups y pymes que dependen del talento extranjero ante la falta de personal local.
- Jorge López, socio de Littler Mendelson PC, advirtió que la medida podría “frenar la competitividad estadounidense en el sector tecnológico y en todas las industrias”.
Por otro lado, críticos del programa, entre ellos Lutnick y antiguos asesores de Trump, defienden la iniciativa como una forma de priorizar la capacitación de trabajadores estadounidenses frente a la importación de talento internacional.
Un giro en la política migratoria
El endurecimiento contrasta con el discurso más abierto que Trump había adoptado en 2024, cuando prometió facilitar la residencia a graduados de universidades estadounidenses para ganar simpatía en Silicon Valley.
No obstante, el mandatario volvió a su línea dura: “Estados Unidos no puede tener una migración abierta desde países donde no podamos evaluar con seguridad a quienes buscan entrar”, declaró.
Repercusiones globales
El programa H-1B, limitado a 85.000 visas anuales, ha sido históricamente un imán para profesionales calificados y una herramienta clave para empresas globales con operaciones en EE.UU.
Con la nueva tarifa, muchas compañías podrían considerar trasladar operaciones fuera del país, aunque los expertos coinciden en que la relocalización no es sencilla ni inmediata.
Lo que sí parece inevitable es un cambio drástico en la dinámica del reclutamiento internacional, con efectos directos en la innovación tecnológica y en la competitividad global de Estados Unidos.
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