En los últimos meses, el debate en torno a la reforma judicial en México ha ocupado un lugar central en las discusiones públicas y políticas. Michelle Mendizábal, una joven estudiante de derecho y creadora de contenido, próxima a graduarse en noviembre, ha ofrecido una reflexión en sus redes sociales sobre los puntos más relevantes de esta reforma que, a pesar de haber sido aprobada en la Cámara de Diputados, sigue generando controversia.
La reforma judicial, a la que Michelle Mendizábal se opone en términos generales, plantea un cambio profundo en la forma en que se eligen los jueces y magistrados en el país. Para muchos, como Michelle, aunque el sistema de justicia en México presenta serias deficiencias, la solución que propone la reforma no ataca los problemas de raíz y podría empeorar la situación actual.
El Problema de la Corrupción y las Fiscalías
Una de las críticas principales de Michelle se centra en el rol de las fiscalías y los ministerios públicos. Según la joven estudiante, uno de los mayores desafíos del sistema judicial mexicano es la corrupción que se presenta en los primeros puntos de contacto entre los ciudadanos y la justicia: las fiscalías. Estas instituciones, que son autónomas y no forman parte del poder judicial, suelen ser señaladas por prácticas que revictimizan a las personas que buscan justicia y, en algunos casos, por la corrupción, donde el «impulso procesal», es decir, sobornos, se vuelve una constante.
En su opinión, una verdadera reforma debería centrarse en atacar estos problemas de corrupción y negligencia en las fiscalías, antes de modificar la estructura del poder judicial. Al fin y al cabo, argumenta, de poco sirve reformar a los jueces si las carpetas de investigación que llegan a sus manos ya están viciadas desde el principio.
El Voto Popular: ¿Solución o Problema?
Uno de los aspectos más polémicos de la reforma es la propuesta de que jueces, magistrados y ministros sean elegidos por voto popular. Michelle Mendizábal cuestiona duramente esta medida, comparándola con el sistema de Estados Unidos, donde, aunque en algunos estados los jueces locales son elegidos, el proceso se lleva a cabo bajo estrictos criterios de colegiación y exámenes rigurosos. En México, la propuesta carece de tales salvaguardias.
Para Michelle, elegir a los jueces por voto popular convierte el proceso en una dinámica política, donde los candidatos podrían verse tentados a hacer campañas basadas en popularidad en lugar de mérito. Los jueces, sostiene, deben ser imparciales y juzgar con base en el derecho, no en los intereses de un partido político o de un grupo de la sociedad.
Destruyendo la Carrera Judicial
Otro de los puntos críticos que Michelle señala es la propuesta de eliminar el arduo proceso de formación que actualmente se exige para ser juez en México. En el sistema actual, para llegar a ser juez federal, es necesario pasar por un largo y riguroso camino que incluye años de experiencia como oficial y secretario, además de aprobar exámenes sumamente exigentes. La reforma, según Michelle Mendizábal, eliminaría estos requisitos, lo que pone en riesgo la calidad y preparación de los futuros jueces.
Para la joven abogada, el hecho de que la reforma permita que personas con un promedio académico y sin experiencia puedan aspirar a estos cargos es preocupante. Como ella misma menciona, aunque cumple con los requisitos, preferiría alcanzar un puesto por su mérito y no por su popularidad o calificaciones académicas.
Un Futuro Incierto
A pesar de las preocupaciones que ha planteado, Michelle es consciente de que la reforma aún no ha sido completamente aprobada. El proyecto ha pasado por la Cámara de Diputados, pero aún debe ser discutido en la Cámara de Senadores y luego ser ratificado por al menos 17 congresos locales. En este punto, la estudiante deposita su esperanza en que los legisladores reflexionen sobre las consecuencias de esta reforma.
Michelle concluye su reflexión con una mezcla de preocupación y optimismo. Aunque se opone a la reforma, deja un espacio para la duda, reconociendo que quizá esté equivocada y que, en el futuro, esta reforma podría traer beneficios al país. Sin embargo, su análisis es claro: el camino que propone la reforma judicial actual no parece ser el correcto para resolver los problemas profundos del sistema de justicia mexicano.
Este tipo de discusiones son vitales en un momento donde las instituciones del país enfrentan grandes retos y transformaciones. La voz de jóvenes como Michelle Mendizábal nos recuerda la importancia de un debate informado y crítico, donde todos los sectores de la sociedad estén dispuestos a participar activamente en la construcción de un México más justo.