La percepción empresarial sobre la situación económica del país y de sus compañías registró una nueva caída en febrero de este año, reflejando un entorno de incertidumbre que ha impactado las decisiones de inversión. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la confianza de los empresarios descendió 1.4 puntos en comparación con el mes anterior, consolidando una tendencia negativa por segundo mes consecutivo en 2025.
Desempeño del Indicador Global de Opinión Empresarial
El Indicador Global de Opinión Empresarial (IGOEC), que promedia los resultados de los sectores clave de la economía, se ubicó en 50.1 puntos en febrero, marcando una disminución de 1.4 puntos con respecto a enero. Esta reducción también se observa en la comparación anual, donde el indicador perdió 4.9 puntos, aunque se mantiene por encima del umbral de los 50 puntos durante 25 meses seguidos.
Sectores con Mayor Impacto
Todos los sectores evaluados reflejaron un deterioro en la confianza empresarial durante febrero. El comercio mostró la caída más pronunciada, con una disminución de 2.0 puntos respecto al mes previo. La construcción también experimentó una baja significativa de 1.4 puntos, seguida de la industria manufacturera (-1.2 puntos) y los servicios privados no financieros (-1.1 puntos).
Dentro de los factores evaluados, el indicador que mide si este es “el momento adecuado para invertir” fue el más afectado. En el sector de la construcción, la percepción de inversión cayó 4.2 puntos, mientras que el comercio reportó una reducción de 3.7 puntos. Las industrias manufactureras y los servicios privados no financieros también mostraron descensos de 3.0 y 2.2 puntos, respectivamente.
Perspectivas y Desafíos para el Sector Empresarial
El panorama actual presenta desafíos importantes para los empresarios, quienes enfrentan un clima de incertidumbre económica que ha influido en sus expectativas de inversión y crecimiento. La tendencia a la baja en la confianza empresarial sugiere la necesidad de estrategias adaptativas que permitan fortalecer la estabilidad y competitividad de las empresas en un entorno cambiante.
En los próximos meses, será clave observar cómo evolucionan los factores macroeconómicos y qué medidas pueden implementarse para generar un entorno más propicio para la inversión y el desarrollo empresarial.
