Lo que voy a compartir contigo no es nada nuevo. Seguramente lo has escuchado, lo dices e incluso lo repites. Más una cosa es saberlo y otra muy distinta es aplicarlo en tu vida diaria.
Vivimos en una era donde el conocimiento se ha convertido en una gran inversión: cursos, maestrías, certificaciones y todo tipo de especializaciones que, al sumarlas a nuestro currículum, pueden abrirnos puertas en el mundo laboral y financiero. Sin embargo, acumular conocimientos y habilidades técnicas no garantiza el éxito ni la permanencia en un trabajo. ¿Por qué? Porque las empresas suelen contratar por aptitudes, pero despiden por actitudes. Y más allá del ámbito profesional, tampoco garantiza una vida plena o en bienestar.
Pocas veces nos enseñan de manera clara y directa el valor de la actitud y su impacto en nuestra vida. La actitud es la huella que dejamos en cada interacción, la manera en que enfrentamos desafíos y cómo respondemos a las situaciones difíciles. Es nuestra elección ante cada circunstancia, la clave para crecer y evolucionar.
Aquí es donde entra en juego el poder de elegir. Elegir conscientemente nuestra actitud es una decisión que está 100% en nuestras manos. No significa forzar una sonrisa en todo momento, sino aprender a gestionar nuestras emociones, escucharnos con honestidad y actuar desde la sabiduría y el equilibrio. Cuando nos conocemos a fondo y tomamos decisiones alineadas con nuestro bienestar, nuestras relaciones mejoran y comenzamos a construir un entorno más armonioso.
Recuerda que no puedes ofrecer a los demás aquello que no cultivas en ti. Todo lo que das, regresa. Con esto en mente, te dejo algunas preguntas para una reflexión profunda:
• ¿Qué emoción predomina en tu vida?
• ¿Qué te pide tu ser interior para estar mejor?
• ¿Qué pensamientos necesitas soltar para avanzar?
• ¿Qué huella estás dejando en los demás con tus palabras y acciones?
• ¿Qué quisieras empezar a hacer diferente a partir de hoy?
• ¿Qué actitud deseas mostrarle a la vida en cada momento?
El autoconocimiento es urgente y necesario. Dejar de ser víctima y asumir la total responsabilidad de tu vida sin cargar con las emociones de otros ni hacer que otros carguen con las tuyas es un acto de amor propio.
Hacernos cargo de nuestra vida, generar buenos momentos, ser fuente de armonía, acuerdos, sonrisas y experiencias significativas está en nuestras manos. Para ello, necesitamos soltar, confiar y dirigir nuestro tiempo, energía y buena vibra primero hacia nosotros mismos.
Enamórate más de ti. Valora tus habilidades, reconoce tus fortalezas, elige vibrar en positivo y da lo mejor de ti en cada espacio y con cada persona. Desde ahí, ya estás sumando al mundo.
¿Listo para tu transformación?
Estoy lista para acompañarte en este viaje de autoconocimiento, descubrimiento personal y potencialización del ser. Son 7 semanas que pueden transformar tu vida, llevándote a un nivel de mayor claridad, confianza y bienestar.
Si sientes que es tu momento de dar este paso, escríbeme.
Soy Kary Páez y estaré encantada de caminar contigo en este proceso de crecimiento.
